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La vida secreta de las abejas Reader’s Guide

By Sue Monk Kidd

La vida secreta de las abejas by Sue Monk Kidd

READERS GUIDE

Questions and Topics for Discussion

INTRODUCCIÓN

August dijo, “Escúchame, Lily. Te voy a contar algo y quiero que siempre lo recuerdes.” Puso la cara seria. Concentrada sin parpadear.

“Bien,” le dije y sentí un escalofrío bajando por mi espalda.

“Nuestra Señora no es un ser mágico que existe en el más allá como una hada madrina. Tampoco es una estatua en la sala. Es algo dentro de ti. ¿Entiendes lo que te digo?”

“Que nuestra señora está dentro de mí” repetí, no estando segura de haber entendido.

“Tienes que encontrar una madre dentro de ti misma. Todos lo tenemos que hacer. Aunque tengamos madre, tenemos que encontrar esa parte dentro de nosotros mismos.”

El cuento transcurre en el Sur de los Estados Unidos en 1964, año de la lucha por los Derechos Civiles y una intensificación de conflictos raciales. La vida secreta de las abejas de Sue Monk Kidd es un cuento poderoso de una muchacha creciendo, descubriendo su capacidad de amar para transformar nuestras vidas y el deseo, a veces no reconocido, por la divinidad en lo femenino. Explora las heridas, la pérdida personal, la traición, y la escasez del amor. Kidd demuestra el poder de mujeres uniéndose para sanar esas heridas, ser madres unas a las otras y a ellas mismas, y crear un santuario de familia y hogar verdaderos.

Aislada en una finca de duraznos con un padre frío que no la cuida, Lily Owens, muchacha de catorce años, ha pasado gran parte de su vida extrañando a su madre Deborah quien falleció bajo circunstancias misteriosas cuando Lily tenía cuatro años. Para empeorar la cuestión, su padre T. Ray le dice a Lily que ella mató a su madre sin querer.

Lily creció con su niñera Rosaleen, una mujer negra, orgullosa y sin miedo. Cuando Rosaleen intenta defender su recién ganado derecho de registrarse a votar, la atacan los tres peores racistas de su pueblo rural y la echan a la cárcel. Como en el estado de Carolina del Sur el racismo se manifestó en maneras muy violentas, Lily se siente obligada a sacar a Rosaleen de la cárcel y huir de su padre al mismo tiempo. Lily encuentra el momento perfecto para liberar a Rosaleen, y las dos salen en un viaje por los campos de pinos y melón en su estado, buscando una nueva vida.

Su destino es Tiburon, Carolina del Sur. No saben nada del pueblo sino que en una caja, que dejó la madre de Lily, encontró la imagen de una Virgen Negra, con las palabras “Tiburon, Carolina del Sur” escritas en el reverso. Ahí las reciben tres hermanas afro-americanas quienes crían abejas y rezan a la Virgen Negra. Es en este lugar, encapsulada por la fuerza de la Virgen, el zumbido de las abejas y un círculo de mujeres sabias, llenas de vida que Lily puede empezar una nueva vida.

Capturado por la voz de esta adolescente sureña, el lector puede sentir el sudor del verano de Carolina y una de las épocas más clamorosas del país. El cuento de una madre perdida y rescatada, el amor, la convicción y la habilidad de perdonar, La vida secreta de las abejas explora las heridas de la vida, el significado profundo del hogar y la simplicidad de saber escoger lo que realmente importa.

Al final, aunque nunca encuentra la madre que perdió, Lily descubre y enfrenta el pasado de su madre, encuentra una colmena de madres nuevas y se enamora de la gran madre universal.

 


LA VIRGEN NEGRA EN LA NOVELA

La tierra fértil del Sur de los Estados Unidos y sus estudios psico-espirituales inspiraron a la autora Sue Monk Kidd a escribir su novela. No pudo resistir colocar a la Virgen María en su novela. Ella explora las maneras en que silenciosamente María funciona, hasta subversivamente, como la dimensión femenina de Dios en muchas religiones occidentales. Por largos años exploró imágenes de los arquetipos femeninos y leyendas de diferentes culturas y religiones. En una visita a un monasterio trapense Kidd se encontró con un mascarón de proa de la Virgen Negra del siglo XIX, rodeada de velas, llena de cicatrices. La estatua apareció en la costa caribeña y unos monjes trapenses la compraron en una tienda de antigüedades. Otra de sus experiencias fue en Creta en 1993. En un convento pequeño de ortodoxos orientales vio un icono del siglo XII de María de piel oscura, cubierta de cadenas. Una monja le contó que los turcos la secuestraron y la encadenaron dos veces pero ella regresó a la iglesia. Así la autora nombró a la virgen de su novela, Nuestra Señora de las Cadenas, no por llevarlas sino por romperlas.

Kathleen Norris escribió que María puede estar muy bien colocada en un estudio femenino del post-modernismo. Se puede imaginar que, dentro del contexto del feminismo, María puede ser la base para la reforma feminista. La protagonista Lily toma fuerzas con la presencia de la divinidad femenina, en este caso, la Virgen Negra. La analista jungiana Marion Woodman escribe sobre la existencia de la Virgen Negra. Su oscuridad es un legado de las diosas negras antiguas como Isis, Belisana, Artemisa, Astarté, Cibeles. Buenos ejemplos son: las francesas de Marsat y Rocamadour, y las españolas de Montserrat y Solsona (Cataluña), Atocha (Madrid) o Peña, Francia y Guadalupe (Extremadura). La iglesia cristiana intentó abolir ritos a las diosas como cocer pociones, encender antorchas mágicas en las montañas y ofrecer hierbas medicinales.

En la práctica de la Santería en Cuba se manifiestan los mitos yorubas sobre la orisha Ochún. Celebran el día de la Virgen de Regla, negra y marinera, y que en la religión afrocubana se identifica como la diosa Yemayá. En America Latina vemos otras religiones sincréticas que mezclan tradiciones africanas con el catolicismo. El Candomblé que se practica en Brasil y en otros lados se crean ritos para la Virgen de Regla (Yemayá, diosa del mar), una virgen negra que, a veces, sostiene en sus brazos un bebé blanco. En el Sur de los Estados Unidos, con su historia de esclavitud africana, también se encuentra esa mezcla de ritos africanos y cristianos.

 


SOBRE LA AUTORA

Sue Monk Kidd escribió dos libros de no ficción muy galardonados: The Dance of the Dissident Daughter yWhen the Heart Waits. Ganó el Premio de Poetas y Escritores que la ayudó a empezar esta novela y también el Premio Katherine Anne Porter. Dos de sus cuentos cortos, que incluyen un pasaje de La vida secreta de las abejas, fueron seleccionados como cuentos notables en el libro Los mejores cuentos cortos americanos. La vida secreta de las abejas, su primera novela fue nominada para el prestigioso Premio Orange en Inglaterra.

 


UNA ENTREVISTA CON SUE MONK KIDD

Esta novela tiene lugar en Carolina de Sur en 1964. ¿Experimentó usted la vida en el Sur de los años 60?

En 1964 yo era una adolescente creciendo en un pueblito de tierras de pinos y arcilla roja en el sur de Georgia, un lugar donde mi familia ha vivido al menos doscientos años, residiendo siempre en el mismo trozo de tierra donde llegaron y se quedaron mis tátara-tatarabuelos. El Sur que yo conocía en los primeros años de los sesentas era un mundo de paradojas. Había segregación racial y las peores injusticias, y al mismo tiempo yo estaba enredada en una vida provincial muy ideal. Podía ir a la bodega y pedir una Coca-Cola de sabor cereza a cobrar en la cuenta de mi padre o ir la tienda mercantil y cobrar un par de medias a mi madre y antes de llegar a la casa mi madre ya sabía el tamaño de la Coca-Cola que había tomado y el color de las medias que había comprado. Era un pueblo pequeño, idílico, y aislado. Mi vida cotidiana consistía en eventos sociales en la iglesia, partidos de fútbol en el colegio y lecciones de comportamiento social en la casa de mi abuela. Mi niñez estaba poblada permanentemente de mujeres afro-americanas, pero había fronteras raciales enormes. Tengo memorias vibrantes del verano de 1964 con los esfuerzos de registrar votantes negros, las tensiones raciales hirviendo y el conocimiento del racismo, imposible de negar. Yo nunca fui igual después de ese verano. Me invadían pensamientos que no podía entender. Pienso que sabía, hasta entonces, que un día tendría que encontrar la salvación en la escritura. Cuando empecé a escribir La vida secreta de las abejas, tuve que colocar la historia en el verano de 1964 en el contexto del movimiento de los Derechos Civiles. Hubiera sido imposible escribirla de otra forma.

¿Cuáles partes de La vida secreta de las abejas nacen de su propia experiencia?

Una vez, después de dar una lectura de la escena cuando T.Ray le hace a Lily arrodillarse en la fariña (granos de cereal de maíz seca), alguien me preguntó si mi padre me había mandado a arrodillarme en la fariña. ¡Ella no pudo imaginar que alguien hubiera inventando eso! Le expliqué que no solamente nunca me había arrodillado en la fariña, pero que ni siquiera había oído hablar de tal castigo hasta que se me ocurrió de repente mientras escribía la novela. T. Ray es el opuesto de mi padre. Saqué la mayor parte de la novela directamente de mi imaginación, inventando desde el momento de concepción, pero con pedacitos de mi vida que inevitablemente invadieron el cuento. Por ejemplo, como Lily quería que las lecciones de comportamiento fueran a ser su entrada a ser popular. Como adolescente yo iba a las lecciones de comportamiento donde aprendí a servir té y hablar con muchachos. De lo que recuerdo, lo correcto era pedirles a los muchachos que abrieran la jarra de pepinos. También está el hecho de que Lily y yo queríamos ser escritoras, nos enrollábamos el cabello con latas de jugo de uvas, nos negábamos a comer fariña. En la secundaria para nuestros proyectos de ciencia las dos creábamos refugios en el evento de un bombardeo atómico . También las dos teníamos niñeras, pero a partir de esos hechos, Lily y yo somos muy diferentes.

Mi trozo preferido de mi historia personal que apareció en la novela es que unas abejas vivían en una pared de nuestra casa mientras yo crecía. Vivíamos en una casa del campo en Georgia, donde las abejas vivían por muchos años dentro de la pared de un dormitorio de huéspedes, metiéndose por los agujeros para volar por la casa. Recuerdo a mi madre limpiando charcos de miel que salían y el sonido extraño del zumbido de las abejas vibrando por la casa. La idea para la novela nació una noche cuando mi marido me recordó que la primera vez que él visitó la casa para conocer a mis padres, amaneció asustado porque encontró abejas volando por el dormitorio. Después de que él me contó esto, empecé a imaginar a una muchacha acostada en la cama mientras las abejas fluían por los agujeros y volaban por el cuarto.

No pude quitarme esa imagen de la cabeza. Empecé a preguntarme, ¿Quién es esta niña? ¿Cuál es el deseo de su corazón? Esa muchacha anónima se transformó en Lily Melissa Owens, acostada allí, echando de menos a su madre.

¿Tomó a personas que conoce como modelos para algunos de los personajes?

Mi inclinación es decir que no, pero nada es tan sencillo, ¿verdad? Mientras escribía sobre Rosaleen, tenía la voz de mi niñera muy presente. Ella tenía una manera muy colorida de tratar las palabras y algunos de sus dichos se encontraban en la boca de Rosaleen. Por ejemplo, mi niñera siempre decía que si pusiéramos el cerebro de su marido en un pajarito, el pajarito volaría para atrás. Tal vez el lector recuerda que Rosaleen dijo lo mismo de su marido. Igual que Rosaleen, mi niñera era aficionada al snuff, ese tabaco que se mascaba popularmente en el Sur de aquel entonces. Ella llevaba una copa de snuff y tenía una manera distinta de esculpir que Rosaleen heredó. A partir de rasgos prestados y algunos dichos, no eran muy parecidas. Mientras tomé algunos detalles triviales de mi propia adolescencia y se los atribuí a Lily, ella es esencialmente su propia creación, igual que T. Ray, Deborah, Zach, Gabe, y Neil. Todos ellos fueron creados de la misma manera- los evoqué del anonimato. Tratando a August, May, June, y Las Hijas de María, seguro que las creé basados en memorias de la compañía de maravillosas mujeres afro-americanas sureñas. De niña, me encantaba escuchar sus cuentos. Pero no pensé en nadie en particular mientras escribía. La inspiración para August llegó más que todo de una visión que llevo adentro, de sabiduría femenina, compasión y fuerza. Seguí intentando imaginar a la mujer que me hubiera gustado encontrar si estuviera en la misma situación complicada de Lily.

Anteriormente usted ha escrito libros de memorias autobiográficos. ¿Podría describir la transición que hizo al escribir de no ficción a ficción? ¿Escribiría otro libro de no ficción en el futuro?

Cuando empecé a escribir a la edad de treinta años, mi sueño era escribir ficción, pero me desvié de eso casi antes de empezar. Me atrajo el concepto de escribir memorias. Por más de una década me tentó la idea de hacer de mi propia vida una narrativa. Mis libros Dance of the Dissident Daughter y When the Heart Waits fueron narrativas de mi experiencia espiritual. Creo que mucha gente necesita, hasta requiere, una versión narrativa de su vida. Me parece que soy una de ellas. El escribir memorias es de alguna manera un trabajo de completarse. Creí que seguiría escribiendo solamente no ficción por toda la vida. Pero nunca desprecie el poder de un sueño despedido.

Creo que hay un sitio dentro de nosotros donde los sueños van y esperan su turno. En los primeros años de los noventa, mi sueño antiguo llegó a la superficie. Para ser sincera, al principio me atrajo y me repugnó su resultado inesperado. Me atrajo porque fue un impulso verdadero desde muy adentro y venía pegada a mucha pasión. Me repugnó porque temía que no pudiera hacerlo. El dilema consistió en investigar mi miedo.

Jugué el papel de escritora aprendiz de ficción. Leí cantidades voluminosas de ficción literaria y me puse a estudiar el oficio de escribir ficción. Mejor dicho, practiqué. Escribí cuentos cortos, y los volví a escribir. Ahora, claro que no puedo imaginar mi vida sin escribir ficción. ¿Escribiré entonces otro libro de memorias? Sin duda. Todavía tengo que crear una narrativa de mi vida. Tengo que seguir escribiendo para ver como termina.

¿Cuál fue el proceso de escribir la novela? ¿Cuánto tiempo tardó en terminarla?

La novela empezó como un cuento corto en 1993. Al escribirla, quería desarrollar el cuento en una novela, pero apenas había empezado a escribir ficción y sentía que necesitaba más tiempo como aprendiz antes de empezar una novela. Lo dejé de lado. Años después, me invitaron a leer en el National Arts Club en New York.

Rescaté el cuento corto “La vida secreta de la abejas”. Después de leer, me llenó el deseo de hacerlo en una novela. Todavía no me sentía preparada, pero creí que tal vez nunca me sintiera lista y no me preocupó.

Me tomó un poco más de tres años terminar la novela. El proceso de escribirla fue constantemente buscar el equilibrio entre lo que el maestro de escritura Leon Surmelian llamó “la medida y la locura”. Él sugirió que el acto de escribir ficción debe ser una mezcla de esas dos cosas. Eso me pareció una verdad exacta. Por un lado, dependía de unas medidas meticulosas como estudios de personaje, esquemas de escenas, el plan de la casa rosada y la casa de miel.

Tenía un cuaderno grande donde trabajé la estructura básica del libro. Dependía más en intentar de invocar la locura, que veo como una magia inexplicable y contagiosa que llega de alguna manera al trabajo. Antes de empezar la novela, creé un collage, combinando las imágenes que me llamaban la atención. Incluí una casa rosada, un trío de mujeres afro-americanas, y un muro de lamentos. Puse el collage en mi escritorio sin saber como o si esas cosas iban a aparecer en la novela. Convocando la locura también significaba que con frecuencia salía del escritorio para sentarme en el muelle que daba al arroyo detrás de nuestra casa y me metí en una corriente de ensueño sobre el cuento. Eso lo consideré trabajo serio.

¿Cómo influyó su vida el vivir en una comunidad de mujeres? ¿Ha experimentado este tipo de comunidad?

Isak Dinesen, quien escribió Out of Africa, una vez dijo que “Todos las penas se pueden aguantar si las ponemos en una historia o contamos una historia de ellas.” Desde que leí esa línea, la he llevado conmigo. Cuando las mujeres se forjan en una comunidad y crean una hermandad, les da un espacio íntimo donde se acepta, que se puedan contar sus historias escucharlas y que sean aceptadas por las otras. La comunidad no solamente les ayuda a curar sus heridas, pero les anima a crecer hacia un destino más grande. Eso es lo que le pasó a Lily. Ella encontró un santuario de mujeres donde podía contar su historia y donde alguien iba a escucharla y validarla. Este acto le permitió no solamente aguantar su pena sino transformarla.

Yo he sido parte de varias comunidades de mujeres tras los años. Cada una de ellas fue creada sencillamente porque queríamos un lugar donde contar nuestras historias más profundas. En todos los casos, encontramos que hay una manera de estar juntas que nos sostiene y de vez en cuando, si tenemos suerte, nos devuelve a nosotras mismas.

¿De dónde viene su interés en la Virgen Negra? ¿Existe esa imagen de la Virgen Negra? ¿Cuál es la historia detrás de ellas? ¿Cómo es que una Virgen Negra llegó a estar en su novela?

Durante largos años, estudié los arquetipos de imágenes femeninas divinas y me fascinó como la Virgen María funcionaba como Madre Divina para millones de personas a través de los siglos. Fue durante esa época que por casualidad tropecé con una variedad de misteriosas Vírgenes de piel negra. Me cautivaron de inmediato, y comencé a explorar su historia, mitología y significado espiritual.

Aproximadamente de cuatrocientos a quinientos de esas vírgenes antiguas todavía existen, la mayoría en Europa. Están entre las imágenes mayores de vírgenes en el mundo y su negritud supuestamente no tiene nada que ver con su raza u origen étnico, pero tiene que ver con significados simbólicos oscuros y son relacionadas con diosas anteriores.

Viajé por Europa para ver algunas de las Vírgenes Negras y encontré que sus imágenes poseían una fuerza y una autoridad asombrosas. Sus historias revelan lados rebeldes hasta desafiantes. Las Vírgenes Negras en Polonia y en América Central han sido imágenes que motivan a la gente oprimida en la lucha contra la persecución.

Decidí que la Virgen Negra tenía que aparecer en mi novela. No tenía ni la menor idea que jugaría un papel principal. Pensé que sería una estatua pequeña, sentada silenciosa detrás de la acción. Luego visité un monasterio trapense, donde me encontré con una estatua de mujer que había sido mascaron de proa. Tenía bastantes cicatrices y no se veía particularmente religiosa. Le pregunté a un joven monje. Me dijo que ella había aparecido en la costa de una isla caribeña y llegó a una tienda de antigüedades. La verdad fue que no era la Virgen María, pero la compraron y la consagraron como María. Así me enamoré del mascaron de proa de María. Imaginé un mascaron de proa de María en la casa rosada. Pinté a mujeres negras fabulosas con sombreros grandes bailando alrededor de ella, tocando el corazón con las manos. Llegué a entender en ese momento que ahí estaba la mamá de Lily, una esencia poderosa y simbólica que podía residir dentro de ella y hacerse catalizador en su transformación. Así la Virgen María se transformó en un personaje entero dentro de la novela.

¿Sabía algo de las abejas y el arte de la apicultura antes de escribir la novela? ¿Cómo aprendió tanto sobre las abejas?

Yo sabía que las abejas podían vivir dentro de las paredes en el dormitorio en una casa. Fuera de eso, no sabía casi nada. Empecé por leer muchos libros. Hay un misterio sobre las abejas, un tipo de encanto que tejen que te enreda y me capturó por completo. Leí leyendas de las abejas de tiempos antiguos. Descubrí que la abeja era considerada un símbolo del alma, de la muerte y del renacimiento. Nunca me olvidaré cuando encontré referencias medievales que asociaban la Virgen María con la abeja reina. Había estado pensando en ella como la abeja reina de mi pequeña colmena de mujeres en la casa rosada, pensando que esto era original y en realidad ya lo habían inventado hace quinientos años. Los libros no podían decirme todo lo que necesitaba saber y entonces visité un apiario en Carolina del Sur. Dentro de la casa de miel, dibujé toda la maquinaria para hacer la miel, intenté descifrar como funcionaba. Había una capa de miel por todos lados y se pegaba a mis zapatos donde yo pisaba, algo que nunca hubiera aprendido de un libro. Cuando los criadores me llevaron a las colmenas, no sabía la sensación de temor y placer que iba a sentir cuando quitaron la tapa de la colmena. Me perdí en una nube de abejas. Tantas que casi no pude ver. El olor de la miel se diluía, el zumbido de las abejas crecía, y el humo que usan para calmar a las abejas se levantaba por todos lados. Criar abejas, descubrí, es un negocio sensual y valiente. Terminé mi educación sobre las abejas sin que me picara ni una abeja. La primera vez que August lleva a Lily a las colmenas le dice “No tengas miedo porque ninguna abeja que ama la vida te quiere picar. Pero no seas idiota, lleva una camisa de manga larga y pantalones largos. “

¿Sabía usted como la novela iba a terminar cuando la empezó a escribir? ¿Consideró la posibilidad de que T.Ray cambiaría al final, pidiendo que Lily le perdonara y confesando que fue él que disparó a Deborah?

Cuando empecé a escribir la novela, no solamente no tenía ni idea que como iba a empezar, pero tampoco concebía del medio. Mi idea se extendía solo hasta el punto de que Lily iba a sacarle a Rosaleen de la cárcel y las dos iban a escaparse a Tiburon. No sabía donde se iban a quedar al llegar allí. En aquel momento, las hermanas, criadoras de abejas no se habían conceptualizado. Después de haber escrito la escena donde Lily y Rosaleen entran al pueblo de Tiburon, me quedé pegada. Abrí el libro en una página donde leí una cita de Eudora Welty: “Los seres humanos causan dolor, son insensibles, vacíos y crueles…pero el lugar puede sanar la herida, suavizar la indignación, y llenar el terrible aislamiento que esa gente provoca.” Se me ocurrió que necesitaba crear un lugar así para Lily. Miré mi collage, al trío de mujeres afro-americanas y simplemente me llegó la idea de que Lily iba a encontrar refugio en la casa de tres mujeres afro-americanas. Mientras me acercaba al fin, sabía algunos aspectos del final, pero no todos. Sabía que no era parte del carácter de T.Ray cambiar sus maneras, pedir perdón a Lily y confesar haber matado a Deborah. Nunca existió la posibilidad de que eso iba a pasar. Sabía desde el principio que Lily era la responsable de la muerte de su madre. Esta tragedia hizo su vida emocional más compleja. Hizo su viaje de sanarse mucho más esencial y poderoso. Lo que no sabía era donde iba a terminar Lily. ¿Regresaría a la granja de duraznos con T.Ray? ¿Se quedaría en la casa rosada? Al principio no podía arreglar como iba a quedarse. Mi impresión era que los finales felices en las novelas literarias son menos prestigiosos. Decidí que tendría que regresar a la granja con T.Ray. Luego, una noche tuve un sueño de que August me llegaba quejándose de mi idea sobre el final. “Tienes que decirle a Lily que se quede con sus madres,” me dijo. Amanecí turbada y muy aliviada a la vez. Sabía de inmediato que iba a tomar los consejos de August. Era realmente lo que siempre quise.

¿Piensa escribir la continuación de la novela? ¿En qué está trabajando ahora?

Quizá suena raro, pero después de terminar la novela, extrañaba la casa rosada. Extrañaba estar con Lily, August, May, June, Rosaleen y las Hijas de María. Estuve deprimida por unas semanas como si todas mis amigas se hubieran mudado a otro lado.

Estaba segura de que nunca iba a regresar al cuento. No quería arriesgar o alterar el mundo que había creado. Quería congelar y preservar a Lily en ese momento de su vida, a los catorce años para siempre, viviendo en la casa rosada. Después estuve de gira promocionando el libro y lo que los lectores me preguntaban más que nada era si iba a escribir otra novela a continuación. Me sorprendió la intensidad con que los lectores querían saber que les pasaría a los personajes. Al principio decía que una continuación no era posible. La pregunta me llegaba acompañada con miradas desilusionadas cuando respondía. Luego, comencé a contestar que no era muy probable, pero lo consideraría. Hasta ahí he llegado. Lo estoy pensando.

Ahora estoy trabajando en una segunda novel en el escenario de Las Tierras Bajas de Carolina del Sur. Lo único que puedo decir es que estoy sumergida otra vez en personajes, en un lugar aparte, y que un día echaré de menos, igual que la casa rosada.

 


PREGUNTAS PARA EL DEBATE
  • ¿Le sorprendió aprender que T.Ray en alguna época verdaderamente amaba a Deborah? ¿Cree que el hecho de que Deborah dejara a T.Ray fue porque él abusó de Lily?
     
  • ¿Había escuchado del castigo de arrodillarse en maíz de medio moler (grits)? ¿Lo puede comparar con alguna práctica en su cultura? ¿Cuáles son las cualidades que ayudaron a Lily aguantar el tratamiento de T.Ray y eventualmente salir de su casa y prosperar?
     
  • ¿Cómo caracterizaría la relación de Lily con su madre fallecida? ¿Cómo le afectó el pensar que su madre le había abandonado? ¿Cómo le afectó a usted la relación de Lily con su madre ausente? ¿Fue más difícil para Lily perdonar a su madre o a sí misma?
     
  • Aunque se crió sin su madre, al final de la novela ella se encuentra en una casa llena de madres. ¿Qué papel juegan en nuestras vidas las mujeres que son nuestras verdaderas madres? ¿Está de acuerdo con la suposición de que uno tiene que salir de casa para encontrarse uno mismo?
     
  • ¿Qué piensa sobre la manera en que Rosaleen vacía su jarra de escupitajos de tabaco en los zapatos de los señores? Fue un acto de rebeldía apropiado bajo las circunstancias? ¿Lo hubiera hecho usted de tal forma o de otra?
     
  • ¿Qué sabía de la Virgen Negra? ¿Qué le parece su tratamiento en esta novela? ¿Cómo hubiera cambiado la historia si la virgen fuera blanca?
     
  • ¿Cómo puede comparar a la Virgen María de la iglesia católica con el tratamiento en la novela? ¿Cuál es el papel de la Virgen María o la Madre Divina en la vida de la gente que usted conoce?
     
  • ¿Cómo fue importante en la transformación de Lily ese círculo de las Hijas de María?
     
  • Su condición delicada creó en May la necesidad de construir su muro de llantos para procesar su dolor. ¿Cuáles son otros rituales que la gente ha creado para aliviar el sufrimiento?
     
  • ¿Por qué es intensa la relación entre Lily y Zach? ¿Querría verlos juntos? ¿Cómo podría desarrollarse la relación en estas circunstancias?
     
  • En el Sur de los Estados Unidos antes de 1970 era bastante común que los hijos blancos de cierta clase social tuvieran una niñera. ¿Puede comparar la relación entre Lily y Rosaleen con la de algunos niños en comunidades latinoamericanas?
     
  • ¿Cuáles son sus predicciones para el futuro? ¿Volvería Lily a ver a su padre? ¿Se hará criadora de abejas? ¿escritora? ¿Qué le va a pasar a Rosaleen? ¿a Lily y Zach? ¿Quién sería Zach hoy?
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