Ante acontecimientos como el del 26 de septiembre de 2014, ningún país puede seguir adelante sin conocer la verdad a la que tienen derecho las víctimas y la sociedad.
Los hechos de Iguala nos obligan a reflexionar sobre el momento que vive México: retratan con crudeza la degradación de las instituciones cuya obligación es procurar justicia y protegernos; al mismo tiempo nos retratan como sociedad, muestran cuáles son nuestros temores más profundos, pero también nuestras esperanzas.
En medio de la polarización y la soledad que se vive en un país como México, la gente ha comenzado a olvidar que el dolor que la injusticia provoca a los otros debiera ser nuestro propio dolor. En esta investigación el lector recorrerá el laberinto del caso, sus trampas, su oscuridad y la luz. Llegará a la calle Juan N. Álvarez, verá los casquillos y las sandalias tiradas en el suelo. Entrará en la Escuela Normal Rural «Raúl Isidro Burgos», escuchará las intensas voces de sus estudiantes, algunas veces llenas de valor y orgullo, otras de miedo y soledad. Viajará a los sórdidos lugares donde se aplicaron infames torturas para fabricar culpables, así como a las oficinas de altos funcionarios donde se ejecutó el encubrimiento. Asimismo, conocerá de viva voz los testimonios de aquellos que recibieron jugosas ofertas de dinero para que se culparan y culparan a otros, y así cerrar el incómodo caso.
En esta investigación el lector recorrerá el laberinto del caso, sus trampas, su oscuridad y la luz. Llegará a la calle Juan N. Álvarez, verá los casquillos y las sandalias tiradas en el suelo. Entrará en la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, escuchará las intensas voces de sus estudiantes, algunas veces llenas de valor y orgullo, otras de miedo y soledad. Viajará a los sórdidos lugares donde se aplicaron infames torturas para fabricar culpables, así como a las oficinas de altos funcionarios donde se ejecutó el encubrimiento. Asimismo, conocerá de viva voz los testimonios de aquellos que recibieron jugosas ofertas de dinero para que se culparan y culparan a otros, y así cerrar el incómodo caso. Finalmente, vislumbrará en las voces de los testigos la desesperación de las víctimas durante las horas del exterminio, el coraje de los sobrevivientes y las lágrimas de los que fueron desaparecidos.
ENGLISH DESCRIPTION
“In the face of events like those of September 26, 2014, no country can move on without knowing the truth, to which the victims and society are owed. The events of Iguala oblige us to reflect on the current life of Mexico: they paint a raw portrait of the degradation of the institutions whose obligation is to secure justice and protect us. At the same time they depict us as a society; they show us our deepest fears but also our hopes.
In the midst of the polarization and solitude that one experiences in a country like Mexico, people have started to forget that the pain that injustice provokes in others must be our own pain. In this investigation, readers follow the labyrinth of this case, its traps, its darkness, and its light. They will get to Juan N. Álvarez Street, see the bullet shells and the sandals scattered on the ground. They will enter the Raúl Isidro Burgos school, listen to the intense voices of its students, sometimes full of courage and pride, other times full of fear and loneliness. They will travel to sordid places where infamous torture was carried out to fabricate guilty parties, as well as the offices of top officials where the cover-ups were implemented. They will also hear the testimonies of those who received juicy offers of money to take blame or blame others, and thus close this nasty case. Finally, in the voices of the witnesses they will glimpse the desperation of the victims during the hours of their executions, the courage of the survivors, and the tears of those who disappeared.” –Anabel Hernández