Guía para madres rebeldes / A Guide for Rebellious Mothers

Un libro imprescindible para futuras mamás que aspiran a que el bebé no las cambie a ellas del todo.

¿Cansada de prohibiciones absurdas?

Cuando estás embarazada, y especialmente de tu primer hijo, familiares, amigos y hasta conocidos no suelen reprimirse en ofrecer muchos consejos y advertencias -todos ellos bien intencionados, claro está, pero a veces contradictorios- sobre lo que debes o no debes hacer. Las recomendaciones del tipo «por si acaso, mejor no lo hagas» se están convirtiendo para muchas madres en una verdadera dictadura. Algunas se constriñen en el papel de víctimas, otras reniegan de todo y entre medio, estamos las gestantes corrientes y molientes que únicamente aspiramos a obtener información para ir tomando nuestras propias decisiones sin hacer demasiado ruido.

Marga Durá nos ayuda a tomar esas decisiones con ritmo y salero. Toma la descripción más irónica imaginable de un embarazo, el suyo, añade varios testimonios de eminencias médicas y riégalo con una pizca de contexto histórico. ¿Es resultado? Un cóctel hilarante que pretende demostrar que muchos de los sacrificios que se nos quieren imponer durante el embarazo no tienen ni pies ni cabeza.

ENGLISH DESCRIPTION

An essential book for future moms who hope their new baby doesn’t completely change them.
 
Are you tired of absurd restrictions? When you are pregnant, especially with your first child, relatives, friends, and acquaintances are very eager to offer their advice and warnings about what you should or should not do – all of them well-intentioned of course, but at times contradictory. Some future moms limit themselves to the role of a victim, others complain about everything, and then there are many of us who simply aspire to learn as much information as possible to make our own decisions without making too much fuss.
 
Marga Dura helps us make those decisions in a light-hearted way. Take the most ironic pregnancy like Marga’s, add advice and testimonies from medical experts, and sprinkle it with a bit of historical context. The result: a hilarious concoction proving that many of those sacrifices that we impose on ourselves during pregnancy have no real merit.