*Premio de la Paz de los Libreros Alemanes 2024*
«Una guía maestra para afrontar la nueva era del autoritarismo. Una clase magistral sobre la unión de un gobierno dudoso con el crimen internacional». –The Guardian
«La destacada periodista y estudiosa de las dictaduras se fija en Trump, Putin y muchos otros autócratas modernos. Esencial para cualquier debate en torno al totalitarismo moderno». –Kirkus
A partir de casos reales y contemporáneos, la ganadora del Premio de la Paz de los Libreros Alemanes 2024 y del Premio Pulitzer 2004, Anne Applebaum, demuestra en Autocracia S.A. que no hay un único líder al frente de las dictaduras, sino unas sofisticadas redes compuestas por estructuras financieras cleptocráticas, dudosos servicios de seguridad y propagandistas profesionales.
Los miembros de estas redes no solo están conectados dentro del propio país, sino con los de muchos otros. Las empresas corruptas controladas por el Estado totalitario hacen negocios con sus homólogas en territorios similares. La policía de un país puede armar, equipar y entrenar a la de otro. Los propagandistas comparten recursos y temas, difundiendo los mismos mensajes sobre la debilidad de la democracia y la maldad de Estados Unidos. Ningún país lidera este bloque, se ve más bien como una aglomeración de empresas cuyos vínculos no están cimentados en ideales, sino en acuerdos —diseñados para paliar los boicots económicos occidentales o para que algunos se enriquezcan personalmente—, razón por la cual pueden operar más allá de las fronteras geográficas e históricas.
Applebaum asume el reto de contextualizar el mundo de las nuevas dictaduras, así como el de sus principales opositores, para revelar cómo han evolucionado estos sistemas de gobierno y cómo han tratado de moldear la economía y la política de las antiguas democracias.
ENGLISH DESCRIPTION
From the Pulitzer-prize winning, New York Times bestselling author, an alarming account of how autocracies work together to undermine the democratic world, and how we should organize to defeat them
We think we know what an autocratic state looks like: There is an all-powerful leader at the top. He controls the police. The police threaten the people with violence. There are evil collaborators, and maybe some brave dissidents.
But in the 21st century, that bears little resemblance to reality. Nowadays, autocracies are underpinned not by one dictator, but by sophisticated networks composed of kleptocratic financial structures, surveillance technologies, and professional propagandists, all of which operate across multiple regimes, from China to Russia to Iran. Corrupt companies in one country do business with corrupt companies in another. The police in one country can arm and train the police in another, and propagandists share resources and themes, pounding home the same messages about the weakness of democracy and the evil of America.
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